Blog
Carencia en los estudios de grado superior y universitarios de Diseño y moda

En los últimos años, los estudios superiores de diseño y moda han experimentado una profunda transformación. Las universidades y escuelas especializadas se han volcado hacia la tecnología, la sostenibilidad y la conceptualización del diseño. Sin embargo, en este afán por lo moderno, se ha ido perdiendo una parte esencial del oficio: el conocimiento artesanal del patronaje y la confección a medida.
Cada vez son más los jóvenes diseñadores que salen de sus estudios con una gran capacidad creativa y una sólida base teórica, pero sin saber trazar un patrón a mano ni confeccionar una prenda desde cero. Este vacío formativo resulta especialmente preocupante si consideramos que el patronaje es el lenguaje técnico del diseño, el puente entre la idea y la prenda real.
El sistema Martí, por ejemplo, es una de las metodologías de patronaje artesanal más completas y precisas que existen. Basado en proporciones anatómicas reales, permite construir patrones que se adaptan al cuerpo con una exactitud milimétrica. Aprenderlo requiere práctica, paciencia y disciplina, pero el resultado es incomparable: prendas que no solo sientan bien, sino que cuentan una historia de oficio, precisión y respeto por el cuerpo humano.
Lamentablemente, muchos centros educativos relegan este tipo de enseñanza a un segundo plano o la sustituyen por programas digitales de patronaje asistido por ordenador. Aunque las herramientas digitales son valiosas, no pueden sustituir la comprensión táctil y espacial que se obtiene al dibujar un patrón sobre papel, manipular la tela o ajustar una prenda directamente sobre un maniquí o una persona.
En El Dedalín defendemos que el futuro de la moda pasa por recuperar lo artesanal sin renunciar a lo tecnológico. Un diseñador completo debe entender la estructura de una prenda tanto como su concepto estético. Saber cortar, coser y ajustar no limita la creatividad, la potencia.
Revalorizar el patronaje manual no es mirar hacia atrás, sino reconectar con la raíz del diseño de moda: la unión entre mente, mano y material. Formar diseñadores que conozcan el sistema Martí o cualquier método artesanal de precisión es formar profesionales capaces de crear moda real, consciente y duradera.